Hoy:
APROXIMACIONES HACIA LOS ORÍGENES DE LA
MINIBICICLETA CHILENA.
por Miguel A. Soto.
En 2004 las gigantografías de una nueva película chilena aparecían por la ciudad. En ellas estaba la imagen de un par de niños montados en una bicicleta y abajo rezaba DEDICADA A LOS NIÑOS DE AYER. Muchos lo apreciamos a simple vista, pues los comentarios sobre Machuca se centraban en aquella amistad infantil en 1973. Pero para
esos niños de ayer, aquella imagen del afiche fue como un golpe directo en su memoria. Muchos de ellos compartieron con sus amigos montados en esas bicicletas como esos niños. Andrés Wood, a la hora de recrear la atmósfera infantil de antaño, recurrió a unos de los objetos más reconocibles de la época para interpelar a la memoria colectiva del público: la minibicicleta chilena de los setenta. La Mini.
PANORAMA DE LA INDUSTRIA EN CHILE
El impulso del estado como un motor desarrollista de la producción sólo apareció con la llegada de los gobiernos radicales. Al año siguiente de la llegada de Pedro Aguirre Cerda, en 1939, se dictó la ley que crea la Corporación de Fomento (CORFO), el primer paso para un modelo de desarrollo industrial nacional, que desde adentro apoyara la actividad productora. Estas políticas fueron adoptadas para superar la crisis en que estaba sumergida la economía chilena tras los efectos de la Gran Depresión (Chile fue el país mas afectado en el mundo, según el informe de la Liga de las Naciones, World Economic Survey1923-1933).
Desde entonces, el Estado estructuró de forma planificada la forma de intervenir en la economía nacional: organizó instituciones de crédito, y estableció normas para regular dichas operaciones, se controlaron precios, se estimuló la creación de empresas mixtas entre privados y CORFO y se reglamentó la entrada y salida de mercancías al país. Esta última medida parece decisiva para el fomento de diversificación, desarrollo y protección de la industria nacional. Con los años se crearon variadas compañías estatales y privadas, como la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP), la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), la Empresa Nacional de Electricidad S.A. (ENDESA) la Industria Nacional Azucarera S.A. (IANSA), Manufacturas de Metales S.A. (MADEMSA), (MACHASA), Fábrica de Enlozados S.A. (FENSA) y otras, hasta el día de hoy, reconocibles en el mercado.
CIC Y LA INDUSTRIA CHILENA DE LOS SETENTA.
(ORLANDO LETELIER
En el patio de su casa tras su liberación en 1974)
Aunque en ningún caso queremos sugerir que el desarrollo de la Mini CIC estuviera ligado a una política pública de desarrollo de vehículos por parte del gobierno (cómo si lo fue la experiencia del Citröen Yagán impulsada por el presidente Allende para un “auto del pueblo” nacional), es necesario tomar en cuenta su constitución como vehículo de carácter chileno, que con el tiempo se hizo de un lugar en la cultura popular.
Para de la década de 1970 CIC era una de las compañías de construcción de mobiliario doméstico más grandes del país. En 1912 Oscar Smits Longton fusiona cinco pequeñas fábricas de catres y funda la Compañía Industrial de Catres S.A. (CIC). Así da inicio a la comercialización de catres y camas. A fines de los años treinta la compañía se diversificaría en la producción de otros bienes como refrigeradores, bicicletas y motos. Aunque la empresa se fundó diez años antes de la crisis de 1929 y no formaba parte de las industrias del área social del gobierno, fue una más de las beneficiadas con las políticas intervencionistas del estado chileno.
LA MINI: IRRUPCION DE UN NUEVO CONCEPTO DE BICICLETA URBANA
Los modelos que CIC lanzaba hasta entonces seguían las tendencias de los años ’50 y ’60. Bicicletas de paseo de aro 28 y 26 que incluían tapabarros, parrilla y frenos de varilla de corte clásico. Fue en 1968 cuando lanzó al mercado la Minibicicleta o Mini. Su construcción fue en base a un cuadro aro 20, con un tubo central alargado desde la pipa que sujeta la horquilla hasta el tubo del sillín y parrilla incorporada en la parte de atrás. El manillar estaba unido al tubo de inserción, pues no tenía tee. Éste, junto al tubo del sillín eran regulable en altura, a través de un sistema de acople rápido de fácil uso. Remataba con tapabarros, cubrecadena y pata de apoyo de serie.
La mecánica de la Mini era bastante simple. Tenía una velocidad y al montar un freno de contrapedal solucionaba cómodamente el problema de ajuste de frenos, manillas, piolas y patines. En lo estético prescindía de piolas y fundas, entregando una línea más limpia.
El asiento y manillar ajustable en altura, además de permitir una posición de manejo adaptable a cualquier persona, permitía su uso tanto en niños como en adultos. Así, la Mini se convertía en un bien durable y resistente al paso del tiempo, insertándose en el organigrama familiar de generación tras generación. La larga vida útil permitía que un niño pudiera contar con ella hasta su juventud e incluso traspasársela a sus hijos.
Hacia 1973 CIC era el único constructor de bicicletas en Chile. La armaduría estaba en una planta en Arica, que producía los modelos de aro 28, 26 y Mini a un promedio de 3.000 mensuales (entre 150 y 160 bicicletas diarias, algo un impensable hoy en día). El 80% de las partes de bicicletas los producía la propia CIC (incluso las cámaras y los neumáticos 20x1.75C). Aunque es difícil precisar un promedio de precios debido a las fluctuaciones generadas por la inflación en el gobierno de la UP, en agosto de 1973 la Mini CIC costaba 25.000 escudos (moneda de esa época), mientras los modelos aro 28 y 26 alrededor de 18.000 Eº.
Al ver la geometría de la Mini puede apreciarse la similitud que tiene con bicicletas urbanas europeas de aquellos años. El concepto de menor tamaño sobre ruedas aro 20 ya se construía algunos años antes en el viejo continente. Lo más probable es que el diseño de CIC estuviera inspirado en estos con ceptos. A pesar de que tome elementos similares, el diseño de la Mini chilena es una interpretación propia de los conceptos europeos, mucho más simétrico y simple en su forma que sus antecesoras. Estos, a su vez, también llegaron a convertirse en íconos culturales en sus respectivos países.
Casos similares encontramos en Finlandia, con la Jopo de Helkama y las bicicletas BH en España.
Helkama, al igual que CIC en los setenta, fue una gran compañía con una diversidad de productos como mobiliario doméstico, artefactos para el hogar y bicicletas. En 1965 introdujo la Jopo, un bicicleta aro 20, manillar y asiento regulable y parrilla integrada. Tuvo el mismo impacto en la Finlandia de los ’60. Hoy en día, Helkama aún sigue comercializandolas con pequeñas modificaciones.
Beistegui Hermanos (BH) también lanzó en España su modelo aro 20 de paseo. Mucho más parecido a la geometría de la Mini, ésta tenía una caída recta mucho más clásica con parrilla montada y cuadro plegable en el tubo central. Dicho modelo se descontinuó, pero BH sigue siendo uno de los constructores más importantes de España
Más cerca, en Brasil, Caloi lanzó un popular modelo aro 20. La Caloi Berlinetta tenía parrilla integrada con bajada circular, tubo largo central sobre el que iba la caja del motor a la vista y una vistosa horquilla y manillar de tubos independientes que en algo se adelantaron a lo que serían las suspensiones de 20 años después. Caloi se destacaba por un cuidado diseño en sus bicicletas, que contaban con gran cantidad de detalles estéticos.
Debido al éxito del modelo, al poco tiempo comenzaron a verse más y más Minis por la ciudad. Tanto niños como jóvenes y adultos la utilizaban como medio de transporte. Así, las demás marcas se vieron empujadas a sacar al mercado sus versiones. Oxford, Lahsen y Bianchi diversificaron el mercado. Y aunque a primera vista todas parecían iguales, sólo pequeños detalles las diferenciaban entre sí.
Con el tiempo nuevos elementos se introdujeron en el diseño. Los tapabarros pintados dieron paso a la irrupción de los cromados, sistemas de herradura en los frenos y una paleta cromática más diversa en las bicicletas.
Además, nuevas configuraciones se vieron en las
calles:
Minis plegables, que ahorraban espacio como las europeas, y la Mini CIC especial, inspirada en bicicletas emblema como la Stingray de Schwinn y la Raleigh Chopper, con una parrilla más corta, asiento bananero y manillar ape hanger.
EL OCASO DE LA LEYENDA
A inicios de los ochenta el panorama se veía poco alentador. Comenzaban las primeras protestas contra la dictadura y las reformas que abrieron la economía a la importación de productos iban viento en popa. Así irrumpió un modelo de bicicletas más moderno, pequeño y liviano. Las BMX fueron la revolución del concepto de bicicleta para niños. Dejaban fuera una serie de elementos como tapabarros, grandes manillares, asientos bananeros y otros. Diseñadas para competir y realizar saltos en pistas, permitían alcanzar mayores velocidades de pie y mayor maniobrabilidad. Su condición deportiva, en boga con el desarrollo del bicicross en Chile, dejó obsoleto el concepto de bicicleta urbana imperante hasta los setenta.
Mientras, las bicicletas de media pista fueron un atractivo para los adultos. Algo similar ocurre al dejar en desuso el concepto urbano de las bicicletas de paseo frente a bicicletas más livianas, con menos accesorios y con varias velocidades.
Aunque CIC alcanzó a fabricar modelos BMX, finalmente la compañía descontinuó la fabricación de todo tipo de bicicletas para abocarse a la venta de mobiliario para dormitorios. Se acababa un icono del ciclismo chileno y de la cultura popular, y con él, un trozo de nuestra historia. Con el tiempo, las demás marcas descontinuaron el modelo debido a los procesos “naturales” de la producción industrial.
Continuará…
Dudas o consultas: la.cleta.del.abuelo@gmail.com
Columna invitada OLD SKULL
Publicado por
"La cleta del Abuelo", Ventas y restauracion de bicicletas antiguas
Etiquetas:
Un poco de historia
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3 comentarios:
Oye muy buena la info, saludos
Muy buen aporte!
tengo una mini bianchi...
y estoy re-motivado con enchularla pa que tire pinta de nuevo....
saludos
Muchas gracias por la investigación, estoy muy agradecido... Me pregunto quién sería el diseñador de los años 80.. tal vez Bonsiepe, tal vez Fernando Flores... me gustaría mucho saberlo realmente.
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